La trocanteritis, también conocida como bursitis trocantérica, es una inflamación de la bursa trocantérica, una pequeña bolsa llena de líquido ubicada sobre el trocánter mayor del fémur (hueso de la cadera). Esta bursa actúa como un cojín que ayuda a reducir la fricción entre los tendones y los huesos, pero cuando se inflama, puede causar dolor en la parte externa de la cadera.
-Dolor en la parte externa de la cadera, que puede irradiar hacia el muslo o la parte exterior de la pierna.
-Dolor al presionar la zona externa de la cadera, justo sobre el trocánter mayor.
-Dolor que empeora al caminar, subir escaleras o al estar de pie durante mucho tiempo.
-Dolor nocturno, especialmente al acostarse sobre el lado afectado.
-Rigidez o dificultad para mover la cadera en ciertos ángulos.
-En casos graves, el dolor puede ser constante y limitar las actividades diarias.
-Si experimentas dolor persistente en la cadera que no mejora con reposo o medicamentos antiinflamatorios.
-Si el dolor afecta tus actividades diarias, como caminar, subir escaleras o dormir.
-Si el dolor se acompaña de hinchazón o enrojecimiento en la zona afectada.
-Si el dolor empeora con el tiempo o no mejora con tratamiento conservador (como el uso de hielo o descanso).
Movimientos repetitivos o uso excesivo: Actividades que implican movimientos repetitivos de la cadera, como correr, bailar, montar en bicicleta o deportes de alto impacto, pueden aumentar el riesgo de trocanteritis.
Lesiones traumáticas: Un golpe directo o una caída sobre la cadera pueden provocar irritación o inflamación de la bursa.
Desalineación o alteraciones en la postura: Tener una postura incorrecta al caminar o correr, o desequilibrios musculares, puede contribuir al desarrollo de la trocanteritis.
Artritis: La inflamación de las articulaciones, como la artritis reumatoide o la osteoartritis, puede afectar la cadera y aumentar el riesgo de bursitis.
Edad: A medida que envejecemos, la bursa puede volverse más susceptible a la inflamación debido a la degeneración de los tejidos.
Sobrepeso y obesidad: El exceso de peso pone más presión sobre las caderas, lo que puede contribuir a la inflamación de la bursa.
Condiciones médicas: Trastornos como la diabetes o problemas metabólicos pueden aumentar el riesgo de inflamación en las bursas.